Voluntarios, el pilar de la investigación clínica
Jacqueline Robledo
INVESTIGACIÓN CLÍNICA


Imaginen que ustedes son los investigadores que están estudiando una nueva molécula para potencialmente hacer un medicamento. Es como su hijo/a: la vieron nacer (crearon la molécula, la encontraron, o aislaron), crecer (la modificaron), reproducirse (la hicieron a una escala mayor)… y no se ha “muerto”, al contrario, pasó a la siguiente etapa: ya la probaron en conejillos de Indias, que se curaron de la enfermedad a estudiar y no les pasó nada malo. Ahora ya pueden producir los medicamentos reales y empezarlos a vender, ¿verdad?
¡¡¡No!!! Esperen. ¿No les falta algo? ¡Ah, sí, los voluntarios humanos! Bueno, no siempre. En caso de que sea un medicamento veterinario, pues obviamente no se tiene que probar en personas. Pero si estamos hablando de medicamentos para seres humanos, pues claro, recuerden que en la primera etapa de la investigación clínica hay que probar el medicamento en voluntarios sanos, para ver que no tenga efectos adversos severos. Sí, a estos voluntarios son a los que se les paga, ya que no representa ningún beneficio para ellos directamente participar en la investigación, debido a que no están enfermos de nada.
Pero entonces, ¿por qué participan estos voluntarios en este tipo de estudios? Algunos lo hacen solamente porque necesitan el dinero para mantener a su familia, y no hay nada de malo en eso. Otros, porque les interesa la investigación, o tal vez alguno de sus familiares podría verse beneficiado con el medicamento si sale al mercado. Y otros más, porque les interesa hacer una aportación al mundo, al dar su tiempo y poner su organismo a prueba para que la ciencia pueda avanzar y pueda servir para curar a muchas personas.
Y después de haber probado el medicamento en voluntarios sanos, ahora sí ya lo podemos sacar al mercado… ¡¡¡No!!! Falta la parte crucial de la investigación clínica: probarla en voluntarios que tengan la enfermedad, y ver si en realidad la cura en humanos, y si sirve mejor que el placebo o mejor que el tratamiento ya existente (si es que lo hay).
Entonces esto es muy fácil, conseguimos a los voluntarios enfermos y ya. ¿Cómo se hace esto? ¿Alguna idea? Si recuerdan nuestro podcast, a algunas personas, cuando reciben el diagnóstico de su enfermedad, el doctor les da diversas opciones, como el tratamiento que ya existe, o si conoce algún estudio que necesite voluntarios, les dice que está disponible y les explica los beneficios y los riesgos de participar en él. Especialmente si los medicamentos son caros o difíciles de conseguir, puede que sea una muy buena opción para el paciente el participar en un ensayo clínico, ya que le darían los medicamentos sin costo. Y algunas veces, es cuestión de vida o muerte, como en el caso del cáncer u otras enfermedades terminales.
Pero ¿qué pasa si el doctor de cabecera no conoce o forma parte de un estudio clínico, cómo se entera la población en general de este tipo de estudios, para que sea más fácil encontrar voluntarios, y para que las personas enfermas tengan una opción más de tratamiento que de otro modo no estaría a su alcance?
Sería muy interesante si hubiera un lugar en el que muchos pacientes pudieran encontrar información real y confiable sobre sus enfermedades y supieran más sobre las oportunidades de ser voluntarios para la investigación clínica, ¿no creen?
Sin voluntarios, no hay investigación clínica, y sin investigación clínica no hay avances en la curación, tratamiento y prevención de enfermedades.
Entonces, algo muy importante tiene que suceder para que la investigación clínica continúe cumpliendo con su propósito y para que muchas personas enfermas encuentren un tratamiento a su alcance y al mismo tiempo, se beneficie mucha gente. ¿Qué puede ser esto? ¿Tienen alguna idea? Descúbranlo en el inicio de 2022, en Investigación ¡POP!
Y mientras, déjennos sus comentarios en nuestras redes sociales, y disfruten de las fiestas decembrinas. ¡Muchas felicidades!

